Ahorrar para comprar una vivienda en España se ha convertido en un esfuerzo que no siempre se traduce en progreso. Aunque muchos destinan parte importante de su salario al ahorro, el precio de la vivienda crece tan rápido o incluso más que su capacidad para llegar a ella. En 2025, se necesitan de media 7,2 años de salario bruto para comprar una vivienda, el doble que en los años 80.
Este desajuste entre ingresos y precios está alimentando una espiral frustrante, especialmente entre los jóvenes. Aunque sus salarios han mejorado ligeramente en los últimos años, el coste de compra o alquiler ha subido todavía más. Como resultado, gran parte de esta generación ve cómo la vivienda en propiedad se aleja, pese a los esfuerzos de ahorro.
La causa principal es que la oferta de vivienda sigue sin cubrir la demanda. Esto empuja los precios hacia arriba, mientras que los sueldos no logran seguir el ritmo. En regiones como Madrid o la Comunidad Valenciana, el desfase es aún mayor: subidas de precios del 20% en un año frente a sueldos que apenas han crecido.
Los datos muestran un cambio estructural: cada vez más jóvenes necesitan ayuda familiar para acceder a una hipoteca, y muchos ni siquiera logran emanciparse. La falta de vivienda asequible está afectando no solo al mercado, sino también a la igualdad de oportunidades y a la construcción de un proyecto de vida independiente. El acceso a la vivienda en España se ha convertido en una de las grandes barreras de esta generación, y todo apunta a que, sin medidas estructurales y más vivienda disponible, esta brecha continuará creciendo.