En España, casi 4 de cada 10 personas que reciben prestaciones por desempleo tienen 55 años o más, alcanzando cifras récord en 2024. Este grupo, que ha crecido significativamente en los últimos años, enfrenta dificultades para reinsertarse en el mercado laboral y muchos terminan dependiendo de subsidios de unos 480 euros al mes hasta que pueden jubilarse, en lo que se conoce como «prejubilaciones forzosas». Estas situaciones, más comunes que durante la crisis de 2008, generan una creciente presión sobre el sistema de empleo y pensiones. Aunque el gobierno ha implementado reformas para reducir el paro de larga duración y fomentar el regreso al empleo, estas medidas no abordan del todo la falta de oportunidades laborales para los mayores de 55 años. Resolver este problema sigue siendo un reto importante para evitar que más personas caigan en esta situación de vulnerabilidad económica y para ello el gobierno tendría que emplear reformas más eficaces y que abarquen la mayor parte de los afectados que tengan el deseo de trabajar y evitar esta «prejubilaciones forzosas».