España ha recuperado peso en la economía global tras años de estancamiento. Según el FMI, el país ha subido al puesto 12 del ranking mundial por PIB, adelantando a México, Australia y Corea del Sur. Este avance se debe al fuerte crecimiento de 2024, que alcanzó un 3,2%, y a las buenas perspectivas para 2025, con un aumento previsto del 2,5%.
El impulso proviene de varios factores: el aumento de la población por la inmigración, la fuerte creación de empleo (más de 1,2 millones de puestos entre 2023 y 2024), el auge del turismo y los fondos europeos. El FMI estima que la población española superará los 52 millones en 2030, lo que reforzará aún más la economía.
Además, se espera que la renta per cápita suba de 36.000 a 42.300 dólares en los próximos años. El consumo de los hogares, las exportaciones de servicios turísticos y el gasto público han sido claves en este ciclo de crecimiento, mientras que el ahorro familiar se mantiene alto y el déficit fiscal controlado.
Aunque persisten debilidades, como la inversión en bienes de equipo, España se consolida como uno de los motores de la zona euro. Su evolución reciente ha sorprendido incluso a organismos internacionales, que ahora ven al país como un “fortín de crecimiento” dentro de Europa.